Bajo el lema
“La Mesa de los Borgia”, ha sido celebrada la IX edición del
“Fin de Semana Gastronómico” en Viana, unos días que se están convirtiendo en una tradición anual de cierto renombre tanto para la gente de la localidad como para los visitantes (que cada vez son más).
Portada del programa de mano "IX Fin de Semana Gastronómico" Son unos días alegres en los que la gente sale a la calle, se reune y disfruta degustando las innovadoras
delicatessen de dichos establecimientos, acompañados, cómo no, de un buen vino.
Pues bien, a parte de concursos de repostería, información sobre los productos típicos locales, cursos de cocina, y esa sana rivalidad existente entre los diferentes lugares de aperitivo que compiten por llevarse el premio al mejor
pincho (votado por un jurado local), este año, hemos contado con la exclusiva presencia de
Nieves Herrero, periodista y escritora que, en sus más de veinticinco años de carrera, ha dirigido numerosos programas de radio y televisión como "Lo que es la vida", "Hoy es posible", "De tú a tú" y
"Cita con la vida".
En la actualidad desarrolla diferentes tareas y cargos, como directora del Proyecto Digital MDM (Madrid Digital Multimedia) o profesora titular de Información de Radio y Televisión en la Universidad Villanueva.
Además de escribir dos novelas,
“Esa luna rota” y
“Todo fue nada”, y ser coautora de
“Leonor, ha nacido una reina”, nos desveló que está trabajando en la que será su tercera obra.
Conocida por todos los asistentes, fue la encargada de exponer la conferencia:
“RETRATO DE LUCRECIA BORGIA Y DE OTRAS MUJERES CON PODER”, en la que estuve presente y de la que disfruté a medida que fue avanzando.
A continuación, os descubriré a grandes rasgos la historia de la gran mujer protagonista de la conferencia:
"Creo que la historia se ha portado mal con las mujeres - comenzó - en especial con
Lucrecia Borgia. Fue una princesa bellísima y elegante, adelantada a su tiempo (hablaba cuatro idiomas: latín, griego, italiano y español), amante del arte y generosa (visitaba frecuentemente hospitales y hospicios, asistiendo personalmente a los enfermos). No fue tan maléfica, ni perversa como se cree.
Víctima de las intrigas políticas de su familia y separada de su madre a muy temprana edad, fue siempre moneda de trueque utilizada por su padre y hermano, que la casan y la descasan a su antojo dependiendo de sus ambiciones políticas.
Hija ilegítima de Rodrigo Borja (poderoso renacentista valenciano que más tarde se convertiría en el papa
Alejandro VI) y una de sus amantes; aunque su padre la reconoció dándole el apellido.
A los trece años es casada con Giovanni
Sforza en busca de una alianza con la poderosa familia feudal que reinaba en Milán, donde residió el primer año de matrimonio, después regresaría a Roma para disfrutar de la vida cortesana.
Al poco tiempo la familia Borgia no tiene necesidad alguna de los Sforza. El papa necesitaba otras alianzas mucho más ventajosas, motivo por el cual ordena el asesinato de Giovanni. César avisa a su hermana y ésta a su marido, que acabará huyendo.
Para poder volverla a casar era necesario disolver el matrimonio, tras varias amenazas, Sforza consiente y firma dicho documento.
Es en éste momento cuando la historia empieza a convertirse en
leyenda, pues Lucrecia, recluida en un monasterio, queda embarazada.
Aún hoy no se sabe a quien atribuir la paternidad del niño (Rodrigo), a pesar de que hay versiones que aseguran fue fruto de las relaciones incestuosas que su padre o su hermano mantenian con ella.
Así, los enemigos políticos del papa difunden comentarios maliciosos e infundados,
Víctor Hugo construye toda una leyenda negra venenosa y calumniosa.
Alejandro Dumas, también la emprende contra ella y añade todo el mito del famoso
Veneno de los Borgia (la cantarella, llamado así por los gritos, lamentos y convulsiones que en su fase final emitían los envenenados).
Con diecisiete años la vuelven a casar, esta vez con el príncipe Alfonso de Aragón, para crear una nueva y poderosa alianza con el reino de Nápoles, pero con el tiempo, esta alianza se vuelve políticamente adversa para los Borgia, por lo que ordenan su asesinato. Apuñalado y al borde de la muerte es llevado a palacio, donde Lucrecia lo cuida y lo cura, pero no sirvió de nada, poco más tarde, lo intentan de nuevo y lo consiguen.
Un año después, el papa Alejandro VI deja la administración de la iglesia y del vaticano en manos de su hija, a lo que muchos se opusieron puesto que era muy joven y no tenía experiencia.
A los veintiún años la vuelven a casar con
Alfonso d`Este. A partir de este momento se convierte en una buena esposa y madre de seis niños, a pesar de que, al mismo tiempo mantuviera un romance platónico con el poeta
Pietro Bembo, que termina cuando éste se traslada a Venecia.
Lucrecia, devastada por la tristeza y sumando el impedimento de su marido de convivir con los hijos habidos en sus anteriores matrimonios, se enclaustró en un convento.
Al año regresó con su tercer marido, falleció en 1519, a los 39 años, al dar a l uz a una niña sietemesina.”
Tras la amena conferencia, con previa autorización (la cuál agradezco desde aquí a Pilar –responsable de la oficina de turismo en Viana-), y tengo que reconocer bastante nerviosa en un principio, me acerqué a Nieves.
Nieves Herrero y yo durante nuestro breve encuentro
Lo primero que me sorprendió fue su simpatía innata y el cariño con que me recibió, con lo cual mi nerviosismo desapareció al instante. Debido a la aglomeración de gente, decidí hacer sólo dos preguntas:
- Cuando comenzaste a estudiar, ¿pensabas que llegarías a donde estás hoy?
No, yo pensaba en escribir. Escribir sobre temas que me interesaban. De hecho sigo pensando que lo mejor está todavía por llegar, que quedan muchos peldaños por subir en los que uno se va encontrando con personajes de ficción con los que luego poder escribir un mundo material.
- ¿Qué consejos les darías a los jóvenes que acaban de comenzar la carrera?
Que luchen, que es una profesión muy difícil, muy dura, pero a la vez muy bonita y que sean conscientes de la actualidad de hoy, porque habrán sido testigos de lo que será historia dentro de muchos años.
Mostrándole mi más sincero agradecimiento nos despedimos con un cariñoso abrazo, a la vez que me deseaba suerte.
La verdad es que me resultó una muy buena experiencia.